Panorama Católico

La Casa en la Roca, de Horacio Bojorge

El R.P. Horacio Bojorge, S.J., es el autor prolífico de numerosos libros sobre temas teológicos, espirituales y morales. Además de un constante predicador de retiros espirituales, lo que le ha permitido combinar una sólida formación intelectual con una amplia e intensa experiencia pastoral.

El R.P. Horacio Bojorge, S.J., es el autor prolífico de numerosos libros sobre temas teológicos, espirituales y morales. Además de un constante predicador de retiros espirituales, lo que le ha permitido combinar una sólida formación intelectual con una amplia e intensa experiencia pastoral. Este teólogo, que ha refutado eficazmente las teorías de Juan Luis Segundo, es también un pastor que se ocupa de las necesidades cotidianas de rebaño. De aquí ha nacido La Casa sobre la Roca, una obra que compendia la sabiduría práctica del confesor y el firme sustento doctrinal del teólogo moral.

R.P. Horacio Bojorge
La Casa Sobre la Roca

Noviazgo, Amistad Matrimonial,
Educación de los Hijos

Ediciones Lumen
Buenos Aires, 2005
160 págs.

Hubo un tiempo en que la los católicos bebían las aguas de la doctrina moral en autores como Royo Marín, el benedictino español de venerable memoria, recientemente fallecido. Su estilo expositivo, típico de los manuales de teología moral de los últimos siglos, más allá de la buena doctrina que todos le reconocen sirve más a la consulta del católico avanzado – al menos “…avanzado”… para estos tiempos de escasa formación-

que como libro de iniciación.

Al decir de Joseph Pieper (Las Virtudes Fundamentales, Rialp) la descripción sistemática de las patologías morales, tan frecuente en este tipo de literatura hacen, a los efectos de conocer el alma humana, el mismo efecto que el producido por un manual de anatomía patológica para conocer el cuerpo humano: lo vemos siempre por la negativa, por la deformidad, por la degeneración. De donde, a algunos resultará ingrato y hasta revulsivo, siendo mucho más placentero estudiar la virtudes en lo esencial y referirse a los vicios por contraste de lo que debe ser. Mucho más agradable y menos sórdido. Y también intelectualmente más arduo, no al alcance de la mayoría.

Pero también es cierto que los manuales de anatomía patológica son necesarios para que los médicos se instruyan en el arte de curar. Y los de casuistica moral, instrumentos para que los sacerdotes y formadores conozcan distintos aspectos del alma humana que serán iluminadores a la hora de practicar su arte pedagógico. Para ellos y para los católicos que buscan una formación más profunda quedan estos textos. De donde concluímos en que es necesaria una literatura de equilibrio. (*)

A todo esto, no hemos hablado del P. Bojorge. O bien, sí, implícitamente. El ha logrado el equilibrio del que hablábamos antes. Su estilo de abordaje de los temas no es sistemático ni casuístico, sin dejar de tener algo de ambas cosas. Aborda los temas centrales del libro (El noviazgo, cimiento de la amistad matrimonial… el matrimonio, sacramento de sanación: la educación de los hijos) en un tono coloquial, dirigido a un tú que tiene presente como si estuviera sentado ante él. Le expone aspectos básicos de la doctrina moral como en charla, limitándose a las facetas que permiten una comprensión -para muchos una revelación- de ese mundo tan sacudido y confuso que es el de las pasiones, en el que el interlocutor está inmerso, pero que no logra entender y menos dominar. Y distingue los aspectos espirituales de los sensibles, los naturales de los sobrenaturales. Contrasta con las ideas de moda, fundamentalmente el relativismo o la anomia moral. Y luego expone casos de su experiencia pastoral, que ilustran y ejemplifican.

Su método es el mismo en los tres grandes temas que aborda. El libro se lee con gusto, y sin duda, presumimos que las personas particularmente afectadas por estos problemas, en especial los adolescentes mayores y los jóvenes, sin descartar adultos que tropiezan en su vida matrimonial, lo leerán con fruición.

Es vino viejo en un odre nuevo. Una nueva explicación de la sabiduría de la Iglesia en el aquí y ahora de nuestro tiempo y nuestra sociedad.

Nota

(*) El moralista de biblioteca tendrá una cierta fruición en llenar casilleros con casos insólitos (actualmente tienen un amplio campo de observación), en tanto que el que aborde los temas morales desde un punto de vista más amplio y general puede dejar muchos vacíos la hora de requerir doctrina puntualmente en temas muy concretos. Por otra parte consejero sin doctrina (bastante frecuente, por desgracia) corre serio riesgo de descaminar a sus aconsejados… y el doctrinario sin experiencia pastoral se vuelve rigorista y poco perspicaz para ver los intersticios del alma.

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