Mons. Fellay «juez» dice el Vaticano
La Santa Sede nombra a Mons. Fellay «juez» de un sacerdote de la FSSPX por una causa que se caratula entre los «delitos graves».
La noticia según los medios:
Obispo Fellay nombrado por la Santa Sede para juzgar a uno de los sacerdotes de la FSSPX. Lo confirma Mons. Guido Pozzo.
Desde ya hace varios días habíamos notado el video de un sermón pronunciado por el Superior General de la FSSPX/SSPX, Bernard Fellay, en Arcadia, California, May-10-2015. Una afirmación suya es la que más sorpresa causa (en el video ir al Min. 34:36).
Nosotros ahora estamos considerados como irregulares, en el mejor de los casos. Irregular significa que Ud. no puede hacer nada, por ejemplo, nos han prohibido decir Misa en las iglesias en Roma para las hermanas Dominicas que tuvieron su peregrinación a Roma en Febrero, ellos dijeron “no, no pueden porque son irregulares”. Y esas personas dijeron eso, son personas Ecclesia Dei. Ahora, algunas veces, desafortunadamente, también los sacerdotes hacen cosas tontas y necesitan ser castigados, y cuando es muy muy grave, tenemos que recurrir a Roma, así que lo hacemos. ¿Y qué hace la Congregación de la Fe? Bueno, ellos me nombraron como juez para este caso. Así que fui nombrado por Roma, por la Congregación de la Fe para hacer juicios, juicios canónicos de la Iglesia sobre algunos de nuestros sacerdotes que pertenecen a una Fraternidad inexistente para ellos y entonces, una vez más, realmente una hermosa contradicción.
Esa afirmación ha sido objeto de diversos comentarios, especialmente por los de la autodenominada ‘resistencia’. Lo que nos resulta novedoso es que Mons. Guido Pozzo, Secretario de la Pontificia Comisión «Ecclesia Dei», lo confirma. Así lo consigna Andrea Tornielli en una nota para Vatican Insider, Jun-03-2015.
No es una novedad para la Fraternidad de San Pío X recurrir a las autoridades romanas en los casos referentes a «delicta graviora» y las dispensas del sacerdocio. La novedad se da por el hecho de que esta vez el ex Santo Oficio, presidido por el cardenal Gerhard Ludwig Müller, decidió confiar al mismo Monseñor Fellay el juicio de primera instancia sobre el caso. Un signo de atención. Una señal de que el camino hacia la plena comunión con los lefebvrianos prosigue, según lo confirma a Vatican Insider el arzobispo Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei: «La decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe no implica que los problemas aún existentes han sido resueltos, sino es un signo de buena voluntad y magnanimidad. No veo ninguna contradicción, sino sobre todo un paso hacia la reconciliación».
La nota de Vatican Insider no cuenta con una traducción integral al español ni el video de Fellay tampoco, pero si alguien tiene tiempo y entiende inglés, debería darse el tiempo de escuchar completo este último, escuchará otras interesantes afirmaciones, aunque no tan llamativas como la destacada.
Fuente: Secretum Meun Mihi
Video donde Mons. Fellay hace público el hecho
Comentario Druídico: El primer juez en estos casos debe ser el superior de la orden o el obispo, y luego elevarse a la instancia de la Santa Sede. No constituye ninguna rareza que la FSSPX eleve al Vaticano los casos que superan la competencia de la orden, algo que ha ocurrido muchas veces. La novedad es que se devuelva al superior de una orden «canónicamente inexistente» la función de juez.
Francisco actúa en forma errática. Dice y hace cosas contradictorias. A qué obedece esta forma de ser sería motivo de una larga deliberación sin certeza de llegar a una respuesta correcta. Es así. Así lo prueban, además, los testimonios de muchos sacerdotes a los que hemos accedido desde antes de que fuera elegido papa. Persigue y deja de perseguir, eleva y hace caer (que lo diga Tucho y su proyecto de encíclica) por razones igualmente ignotas. Muchas veces con personas que no tienen ninguna «relevancia política» dentro del clero.
En este caso, podría conjeturarse que está jugando con su ala izquierda, cada vez más prepotente (a Francisco no le gusta para nada que lo empujen), o que delegó en algún subordinado que hace su propio juego, como puede ser Mons. Pozzo o el Card. Müller.
O que le dio la gana… Y esto no es una falta de respeto, sino una realidad. Así es Bergoglio.

