Panorama Católico

Mes del Sagrado Corazón de Jesús

A lo largo del mes de junio se celebra al Sagrado Corazón de Jesús. Esta devoción es considerada «moderna» por algunos católicos, quienes sin embargo no han profundizado en sus orígenes reales y su sentido profundo. No nace por medio de las revelaciones a Santa Margarita María, que recibe de el Señor una cantidad de promesas para quienes practiquen especialmente esta devoción. 

 

A lo largo del mes de junio se celebra al Sagrado Corazón de Jesús. Esta devoción es considerada «moderna» por algunos católicos, quienes sin embargo no han profundizado en sus orígenes reales y su sentido profundo. No nace por medio de las revelaciones a Santa Margarita María, que recibe de el Señor una cantidad de promesas para quienes practiquen especialmente esta devoción. La devoción al Sagrado Corazón tiene origen en el corazón traspasado por el centurión al pie de la Cruz, del cual brotó sangre y agua, dando así origen a la Iglesia. Así lo explican diversos pontífices cuyas enseñanzas trataremos de recordar a lo largo del mes.

Pío XI en particular instituye con la Fiesta de Cristo Rey una consagración del mundo al Sagrado Corazón. Todos los papas modernos insisten en la importancia de esta devoción que es un resumen de todas las devociones, porque se centra en la contemplación y práctica de las virtudes más excelsas del Corazón del Verbo Encarnado: la misericordia y la humildad, expresiones más excelsas de lo que éste representa: el centro y origen de la más ardiente caridad.

Pero toma una importancia vital para la Cristiandad -y esto es menos conocido- porque Jesús por la santa advierte al rey de Francia, Luis XIV, que si no consagra esa nación a su Corazón Sacratísimo imponiendo su signo en la bandera real, Francia padecerá una catástrofe inimaginable. La que ocurrió casi un siglo después con la llamada Revolución Francesa.

En el siglo XX se produce una aparición en la cual la Santísima Virgen pide al Santo Padre y a los obispos realizar una consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, bajo ciertas condiciones. Es paradójico comprobar como este pedido tan sencillo de cumplir, sin embargo se descuida. Y las consecuencias, en buena parte ya padecidas, resultan tan trágicas y trascendentes para la vida de la Cristiandad y la Iglesia misma, hasta en sus máximas autoridades.

Hasta ahora no se ha hecho la consagración de Rusia, lo mismo que el rey Luis de Francia se negó a consagrar su nación al Sagrado Corazón de Jesús. A mismas causas, ¿mismos efectos…?

Invitamos a los lectores a seguir esta serie de artículos, documentos y testimonios en especial como preparación para los tiempos tan difíciles que viviremos a partir de octubre, con el Sínodo de la Familia, y los argentinos en particular por el recambio de gobierno, cuyo destino podría quedar sellado en una debable sin precedentes si Dios no interviene para evitarlo. Lo cual no hará sin nuestras oraciones y sacrificios.

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