Panorama Católico

Corpus Christi y el Sagrado Corazón

Esta gran fiesta, cuya liturgia fue escrita por el propio Santo Tomás de Aquino, es uno de los jueves del año «que brillan más que el sol», según el dicho popular español. Comparte esa gloria con el Jueves Santo y el jueves de la Ascención

Esta gran fiesta, cuya liturgia fue escrita por el propio Santo Tomás de Aquino, es uno de los jueves del año «que brillan más que el sol», según el dicho popular español. Comparte esa gloria con el Jueves Santo y el jueves de la Ascención

En el misterio del Santísimo Sacramento, hoy muy despreciado, se congregan las más grandes verdades de la Fe Católica.

Surgida la Iglesia del Corazón abierto y sangrante de Nuestro Señor, el sacerdocio y el sacramento de la Eucaristía habían sido «anticipados» por Nuestro Señor en la Cena postrera. Allí ordenó y consagró a los apóstoles. Allí les dio la potestad de celebrar la misa, que es centralmente la renovación incruenta del sacrificio que -consumado horas después- nos traería la noticia más grande: la apertura de las puertas del cielo. Allí quiso quedar realmente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad bajo las apariencias o accidentes de pan y vino. 

Una de las grandes tragedias producto del Concilio es la reforma litúgica y sus consecuencias. Entre ellas, otra de las grandes tragedias espirituales: la comunión en la mano. Esa masiva profanación. Aquello por lo que miles de mártires dieron la vida por preservar de la barbarie de los enemigos de la Iglesia es hoy indignamente profanado por los fieles católicos a instancias de sus pastores. Y tal vez pronto oficialmente permitido a las personas en pecado mortal. 

Dice la liturgia del día en su epístola: «quien come y bebe el cuerpo del Señor indignamente, come y bebe su propia condenación».

La claves de este tiempo son la oración y la reparación. Sin ellas nada podemos hacer. Sacrificio, penitencia y oración. Velar y orar. Estar atentos a los ataques contra la Fe, velar. Y reparar las consecuencias de esos devastadores ataques, orar. 

En este mes del Sagrado Corazón, mantengamos lúcida nuestra mente para no confundirnos. Del Corazón de Jesús nació la Iglesia, por ella tenemos los sacramentos. El culto del Sacratísimo Corazón y el del Santísimo Cuerpo de Cristo bajo las especies eucarísticas son uno y el mismo en la Caridad divina que nos los ha entregado a los hombres para nuestra salvación. Por eso estuvo bien inspirado el autor del cántico piadoso cuando inició sus estrofas con estos versos:

Cristo Jesús, en Ti la Patria espera gloria, buscando con intenso ardor.

Guíala Tú, bendice su bandera,dando a su faz magnífico esplendor.

Salve, Divino foco de amor, ¡Salva al pueblo argentino! escucha su clamor.

¡Salva al pueblo argentino, Sagrado Corazón!

Hagamos que el Sagrado Corazón escuche ese clamor.

Ver también: Historia de la Solemnidad de Corpus Christi

Fiesta de Corpus Christi, impresiones de la liturgia

 

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